Presupuesto 2024: Las 3 deficiencias que contiene el dictamen a pocos días para su discusión en el Congreso, según analistas

La Comisión de Finanzas dictaminó de manera favorable el presupuesto nacional desde el 23 de octubre. Fotografía: Prensa Libre.

La última semana de noviembre 2023 es clave en el Congreso de la República, ya que los diputados tienen hasta el 30 del mes para aprobar, o no, el dictamen del proyecto de presupuesto 2024, mismo que asciende a Q124 mil 880 millones.

Apenas la semana pasada la propuesta fue tramitada en su primera lectura, pese a que contaba con un dictamen favorable de la Comisión de Finanzas desde el pasado 23 de octubre.

La alianza oficialista ha logrado la aprobación de sus últimos presupuestos, pero en esta ocasión el tema no ha sido protagonista de las últimas sesiones del Pleno del Congreso, por el contrario, el tema ha sido pospuesto.

El dictamen de la Comisión de Finanzas fue aprobado por mayoría, el único voto en contra fue el de la futura bancada oficial, Movimiento Semilla, debido a que su representante, el diputado Samuel Pérez, dijo que no miraba una propuesta técnica.

Diputados integrantes de la mesa legislativa rechazaron esa versión al indicar que se trabajó con análisis, enfatizando que el diputado Pérez,  incluso, no acudió a buena parte de las sesiones.

Un grupo de analistas del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), de la Asociación en Investigación y Estudios Sociales (Asies) y Fundación Libertad y Desarrollo, evaluaron el dictamen y encontraron, a su juicio, tres posibles deficiencias en el dictamen del presupuesto 2024.

1. Mala ejecución

El primer error que detectaron los expertos es que existen algunos artículos, que podría traer complicaciones a la futura administración de gobierno, debido a que sería difícil poder ejecutar los recursos públicos.

“Vemos con preocupación  el tema de querer solicitarle al Ejecutivo artículos de la recolocación de bonos, aspectos del crédito público donde le piden ahora al Ejecutivo regresar al Congreso para conseguir autorizaciones, eso vendría a complicar la celeridad de la gestión de recursos públicos”, dijo Pedro Prado, analista de Asies.

Estos artículos generarían problemas, ya que la futura administración de gobierno necesita el apoyo del Congreso para la toma de decisiones administrativas y financieras.

El bloque Vamos, será una de las bancadas mayoritarias en la siguiente legislatura, y si se sigue manteniendo la misma alianza oficialista que dominó el Congreso estos casi cuatro años, el futuro gobierno tendría que nadar contra corriente dentro del Congreso.

“Si se aprueba el presupuesto con ese dictamen, si va a complicar mucho la gestión de las finanzas públicas, será muy difícil para el nuevo gobierno concretar sus ofrecimientos de campaña”, enfatizó Prado.

Para Paul Boteo, analista económico de Fundación Libertad y Desarrollo, existe un escenario bastante probable para que la actual alianza del Congreso apruebe el presupuesto del siguiente año.

“Los incentivos están puestos para que se apruebe el presupuesto porque se tienen dos propósitos. Uno, tratar de dificultar la ejecución del gasto para el próximo gobierno, y parte de eso es para la renovación de la deuda que se aprueba junto con el dictamen, ahora se le quiere obligar al próximo gobierno que cuando se renueve la deuda, se tenga que ir al Congreso”, dijo.

2. Poco transparente

Otro de los errores que mantiene el dictamen, a consideración de los analistas, es que es una propuesta poco transparente, por lo que algunos sectores pudieran tratar de buscar negociaciones a costas de proyectos y obras, a decir de los expertos.

“El dictamen, efectivamente, según mi opinión, el tema más preocupante es que produce una serie de destinos específicos de dudosa calidad, sobre todo en obras de infraestructura que no tienen el sustento técnico”, explicó Jorge Lavarreda, experto del Cien.

Lavarreda, agregó: “Es un dictamen poco transparente porque no deja explícito a qué se le quitaría para incluir toda esa serie de asignaciones, que contempla los 19 nuevos artículos del dictamen”.

Prado, por su parte, considera que en este punto las promesas de la futura administración serán clave, ya que deberán de ser abiertos en gastos que al momento generan dudas en la opinión en la opinión pública.

“La compra de alimentos, útiles escolares, los Consejos de Desarrollo, donde los gobernadores juegan un papel importante, si se esperaría que las nuevas autoridades cumplan con la transparencia que han ofrecido”.

3. Infraestructura

La tercera deficiencia detectada por los expertos es la asignación de recursos para la infraestructura, considerando que es un tema crucial para el desarrollo económico del país, que a su juicio no fue tomado como prioridad en el dictamen.

“A nivel de ejemplo, el Ministerio de Comunicaciones tendría que hacer readecuaciones por Q1 mil 847 millones, para poderlo dimensionar sería el 28% del presupuesto total propuesto para el 2024”, refirió Lavarreda.

Incluso, algunos proyectos, a consideración de Boteo, podrían tener otros intereses ocultos. “Por otra parte, de alguna forma en el Congreso se definen la obra pública, el listado geográfico y la estructura de gasto público, los congresistas tendrían el incentivo para amarrar obras ligadas a sus intereses”.

¿Aprobar o improbar el presupuesto?

Para Lavarreda y Prado, es mejor contar con la aprobación de un presupuesto, pero que no sea como aparece en el dictamen favorable de la Comisión de Finanzas, explican que se necesitan de enmiendas para mejorar la propuesta.

“Lo más conveniente para el país es que se aprobara un presupuesto para el próximo año, pero que no sea la versión del dictamen, que sea uno que corrigiera las deficiencias técnicas, que no se incluyan los cambios de la Comisión de Finanzas”, dijo Lavarrerda.

Prado, tiene un punto de vista similar, “es positivo tener un nuevo presupuesto, pero un presupuesto que responda a las necesidades de la población, a la coyuntura, y si se necesita un nuevo presupuesto”.

Quien ve que sería mejor no contar con un presupuesto aprobado, debido a las deficiencias que detectó, es Boteo.

“Lo ideal sería que no se apruebe el presupuesto, que se trabaje con el presupuesto del 2023, para así facilitar la ejecución del gasto público. Usualmente en el primer año de gobierno se complica la ejecución, y tener un monto como el de este año no afectaría al Ejecutivo, aprobar uno nuevo con más recursos les complicaría más la ejecución”, concluyó.



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