Elecciones Generales 2023: ¿Cuáles son los alcances que tiene el voto nulo en el sistema político de Guatemala?

Es voto nulo es tomado como válido cuando no está claro el apoyo hacia una casilla en particular. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El voto nulo es capaz de repetir las elecciones en Guatemala, aunque para esto necesita tener el 50 por ciento más uno de los votos válidos, según la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Lepp).

Esta opción electoral es válida desde que el Congreso de la República reformó la Lepp en el 2016. En comicios de 2019 por primera vez se habló repetir unas elecciones.

Ese fue el primer evento de votaciones que corrió con nuevas reglas, pero en aquella oportunidad el voto nulo no generó tanta discusión como ocurre en el actual proceso electoral.

Por una lado, hay campañas que llaman a votar nulo, y por otro políticos que rechazan esta modalidad de votación.

Ideas falsas del voto nulo

Así, el voto nulo ha saltado como protagonista en el actual proceso y a la vez existen muchas ideas equivocadas que confunden al electorado sobre sus verdaderos alcances, opina Aquiles Faillace, constituyente.

“Es de urgencia nacional ante la inminencia de las elecciones que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirme lo estipulado en ley, que el voto nulo es un voto válidamente emitido para todos los cargos en todos los distritos, en todas las papeletas y que se deben realizar nuevas asambleas para postular candidatos”, señaló el constituyente.

Una de las ideas erradas que se tiene sobre el voto nulo es que solo tiene validez cuando para la elección presidencial, pero la Lepp indica que este aplica para todas las elecciones.

Aplica para todas elecciones, “ya sea de corporaciones municipales, diputados y de binomio presidencial”, enfatizó Blanca Alfaro, magistrada de TSE.

Otro de los temas que puede prestarse a confusión es ser la diferencia entre un voto nulo y un voto en blanco, ya que, aunque parezcan tener el mismo concepto, son diferentes.

El voto nulo es aquel que no tiene una marca sobre determinado partido político o coalición, abarca más de una casilla o contiene otra serie de mensajes, y sí tienen validez.

Pero el voto en blanco es aquel en donde el elector no emite ninguna marca sobre la papeleta y solo la mete en la urna. Este tipo de sufragio no incide en la votación y no podría incidir en la repetición de elecciones.

Además, a diferencia de los votos que obtienen los partidos políticos o coaliciones que representa un costo para el Estado —US$2 dos por cada uno—, con nulo el TSE no está obligado a pagar a nadie en concepto de deuda política.

En Latinoamérica, expertos en política destacan como un triunfo del voto nulo los comicios celebrados en la ciudad de Antioquia, Colombia, en donde el 56 por ciento votó nulo en las votaciones para alcaldía y el único candidato que participó no pudo asumir el cargo porque se tuvieron que repetir las elecciones ya con otros candidatos.

Complejo porcentaje

Pero en Guatemala no necesariamente pasaría lo mismo. Para algunos expertos en política, la redacción de la Lepp impide que el voto nulo sea un éxito en Guatemala, ya que la cantidad de votos que requiere es muy elevada.

 

“El umbral es muy alto, estamos hablando del 50 por ciento de los votos más uno, y ningún candidato que ha tenido la posibilidad de hacer propaganda política en el país ha logrado ganar en primera vuelta, que sería lo mismo que se necesita para que el voto nulo gane”, destacó Jahir Dabroy, politólogo de la Asociación en Investigaciones y Estudios Sociales (Asies).

Votar nulo puede tener un significado exclusivamente simbólico, opinó Renzo Rosal, analista político independiente, para quien el llamado a votar nulo “ha ido ganando cierta intensidad”.

No obstante, considera que este podría ser beneficioso para los grandes partidos políticos. “Tal parece que el voto nulo será una expresión simbólica o emocional, pero en el sentido político será al revés, porque matemáticamente –el voto nulo– va a beneficiar a las opciones políticas más fuertes”, indicó Rosal.

A medida que avanza el tema, según Rosal, puede que los mensajes a favor o en contra del voto nulo ganen más espacio de discusión, pero será algo que se verá hasta el próximo 25 de junio.

“Es uno de los rasgos particulares de esta elección, ya veremos en dos semanas que tanta efectividad tienen los llamados en un sentido o en otro”, concluyó el analista político.

“Con los mismos candidatos”

La magistrada Alfaro, reconoció que el voto nulo tiene validez dentro de la legislación guatemalteca, pero a su consideración no sería lo más adecuado porque nuestra ley no le ordena a los partidos políticos postular nuevos candidatos.

“Hay dos manifestaciones de la nulidad, aquel que doy dentro de una hoja que no tiene intención porque se pasó dos casillas o más (…) y aquel que es contra el sistema de la democracia, como yo no comparto y por eso no voy a votar, o alguna otra expresión que son los que se deben de contabilizar para que se repita una elección”, explicó la funcionaria.

Alfaro añade que el voto nulo no cambiaría el panorama político, ya que en Guatemala los partidos no están obligados a presentar una nueva oferta política.

“¿Por qué no debemos de votar nulo? Porque vamos a la elección con los mismos candidatos y vamos a ir a una elección totalmente con las mismas boletas, solamente una nueva fecha y tendríamos que hacerlo, hacemos gastar al Estado más de medio millón de quetzales”, refirió la magistrada.

Al detallar los gastos que conllevaría la repetición de las elecciones, Alfaro señaló que además de ese medio millón existen Q210 millones para las Juntas Electorales, “entonces los guatemaltecos con los impuestos lo seguimos pagando”.

La magistrada afirma que se necesita una nueva reforma la Lepp, pero que será tarea de las futuras autoridades legislativas. “Estamos conscientes que tiene que hacer una reforma al sistema electoral, pero esa reforma debe darse en el Congreso con la nueva legislatura y también conscientes de qué es lo que queremos fortalecer”.

Nulo, el rechazo al Parlacen

En los comicios de 2019, para la elección de diputados al Parlamente Centroamericano (Parlacén), se emitieron 5 millones 53 mil 576, de ellos 1 millón 41 mil 767 fueron nulos, es decir el 20.61% de los votos emitidos.

El dato de 20.61% de los votos emitidos que obtuvo el voto nulo fue histórico pues los memoras electorales de TSE muestran que durante 2015 el voto nulo para el Parlacén llegó al 7.63%; en 2011, fue de 9.14%, y en 1999, fue de 4.28%. En 2003 y 2007 no se eligieron diputados para ese organismo.

El resultado de votos nulos que tuvo el Parlacén en esa elección —20.61%— estuvo lejos del 50 por ciento necesario para repetir la elección.

Los votos nulos superaron por 408 mil 336 sufragios, al partido más votado en esa papeleta —la UNE con 633 mil 431 votos—. Y cuando el voto nulo se compara con el segundo y tercer lugar la diferencia es exagerada. Vamos obtuvo 298 mil 47 votos y la Unión del Cambio Nacional 228 mil 288.



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